Parece bastante posible que nuestros representantes europeos aprovechen el verano para cerrar un acuerdo determinante para todo país bajo su mandato, tras años de negociaciones y nula información a la ciudadanía, a la que nos va a afectar.
El principal objetivo de este tratado es la eliminación de las barreras «no arancelarias» — o sea leyes, regulaciones, estándares mínimos de calidad — que para las empresas transnacionales a ambos lados del Atlántico limitan sus beneficios económicos. Sin embargo, estas ‘barreras’ son las mismas que protegen y regulan nuestros derechos sociales, laborales, sanitarios, económicos, alimentarios, informativos, y ambientales, entre otros.
El TTIP es una vuelta de tuerca de la globalización capitalista y un ataque sin precedentes contra nuestros derechos y capacidad de decisión.
Ante ello, la Escuela Popular de Prosperidad utiliza este medio para difundir su conocimiento y hacer pública su posición contra este tratado.
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