Josef tiene 10 años y claro, necesita una bici ya, como es natural….
Así que se pasó ayer por nuestro taller y le resucitamos una de su talla. Nos dio un poco de guerra (la bici, Josef en cambio observaba fascinado todo el operativo) y al final tuvimos que cambiarle la rueda de atrás. Así que el zagal se fue rodando de contento.
Pero no descartamos que su hermanito, Elías, tenga cierta pelusa y volvamos a verlos de nuevo por aquí en breve.
Omnia sunt comunia